Satoshi Kon, uno de los artistas que más me había impactado e influído en los últimos años, nos dijo adiós de forma prematura el pasado 24 de agosto.
Atrás quedan obras maestras que dirigió como Paprika, Perfect Blue o mi favorita "Tokyo Godfathers". Nunca alguien había conseguido desdibujar en el mundo de la animación la línea de lo real y lo imaginario con tanta maestría, contraponiendo la dureza de algunas situaciones que nos narraba con lo onírico del mundo de los sueños y las ilusiones.
Su legado permanecerá imborrable para todos aquellos que amamos y seguiremos amando su cine.
Descanse en paz, maestro.
3 comentarios:
A mí también me gusta su trabajo, una lástima y una gran pérdida.
Un saludo
Ha sido un palo muy gordo. Era un genio, uno de los directores con un estilo más personal, su forma de narrar era única.
Para mí Millennium Actress es una de las mejores películas que hay, y no me refiero sólo al género de animación.
Es una pérdida irremplazable.
Totalmente de acuerdo. Además, todavía le quedaba mucho (pero mucho, mucho) por ofrecernos y es una pena que todo haya acabado de esta forma tan inesperaba.
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